Acabo de terminar de ver "El luchador" (The Wrestler), y sinceramente, a riesgo de echarme encima a los fans de este film, me decepcionó; esperaba mucho más de esta historia a la que se le dió mucha atención durante la entrega de los oscares el año pasado.

Me pareció predecible, "más de lo mismo", un Rocky Balboa trasladado a la lucha libre; con la única diferencia de que ya no podrá haber una segunda parte, porque el personaje principal se murió.

Lo único rescatable sería el mensaje de no darse por vencido, de seguir en la búsqueda de la satisfacción en lo que has elegido para vivir, en tu carrera, en tu negocio . . .  en tu vida, sin importar los riesgos.

Randy "The Ram" Robison, es un luchador venido a menos, que tras verse en peligro de muerte a causa de un infarto, trata de recomponer su vida, entregarse al amor, recuperar a su hija y cambiar de rumbo para ganarse la vida.

Pero las cosas no son así de fáciles, por más que uno lo desee, las cosas no se pueden cambiar de un día para otro, y de eso nos damos cuenta cuando, a pesar de todos sus esfuerzos, no logra tener éxito en estos campos tan pronto como él hubiera querido. La frustración de tener que trabajar en un empleo que nada tiene que ver con su pasión, con su estilo de ganarse la vida, lo empuja literalmente a regresar al cuadrilátero y, sin más, jugarse la vida en ello.

Terrible manera de recibir la lección. Por eso, mientras podamos y tengamos fuerza, si nos va bien en la vida tendríamos que aprender a no dilapidar nuestros ahorros; prever e invertir inteligentemente, será lo que nos guarde de tener que aceptar cualquier cosa, por muy lejana que se encuentre de nuestra pasión y de lo que sabemos hacer.

Y lo más importante: por mucho que tengamos éxito en nuestras vidas, nunca, nunca hay que descuidar a la familia. El tiempo no vuelve, la vida nos lleva por caminos diferentes y cuando pensamos que ahora sí tenemos tiempo para recuperarlos y que nos ayuden, nos acompañen, etc. ellos ya tienen su vida hecha en otro lugar y con otras personas. Son completos desconocidos. No podemos exigir de ellos lo que no fuimos capaces de sembrar.

Espero que Mickey Rouke tenga más oportunidades de demostrar su talento. En ésta en especial a mí me dejó a medias; un Stallone nuevo, con voz aguardientosa a la que se le entiende poco y escasas escenas de verdadera demostración histriónica.

Es mi humilde y muy personal opinión.