Después de una inauguración un poco deslucida, hemos tenido la oportunidad de disfrutar un partido de futbol llenos de nerviosismo. Y esto debido a la larga historia de desilusiones que nos ha dejado la selección mexicana durante partidos y partidos en los mundiales de futbol.
Me pareció un partido emocionante y entretenido, pero una vez mas, lleno de dudas, de fallas, de desatenciones.
Aunque de alguna manera se le daba el beneficio de la duda a Javier Aguirre ante una cadena de decisiones extrañas, atípicas como el hecho de no tener un portero titular durante todo el tiempo de preparación; el no tener decidido quién es el capitán de este grupo de jovenes y hombres experimentados sí, pero por lógica necesitados de guía dentro de la cancha; y finalmente, la decisión de dejar a Andrés Guardado en la banca.
Me parece, que hoy por hoy, la balanza se inclina en contra de Aguirre:
* su portero titular, se quedó pasmado a la hora en que el rival le remató de frente y, afortunadamente para nosotros, estrelló el balón en el poste.
* El capitán que eligió, Gerardo Torrado, se hizo amonestar tontamente desde el primer partido, dejando vulnerable una posición importantísima para el equipo.
* Aquel jugador al que despojó de la capitanía nacional, fue el que respondió precisamente anotando el gol que le da cierto respiro y que nos permite seguir soñando -aunque sea un sueño intranquilo-, Rafael Márquez, que finalmente volvió a demostrar su nivel y su seguridad al colocar ese balón justo en el único lugar por donde podría pasar. Otro en su lugar -Vela o Guille, por ejemplo-, la hubiera reventado, pegado en "el bulto" o la hubiera mandado hasta las tribunas.
* La necedad de seguir poniendo al Guille Franco, que se cansa de fallar y fallar balones que debían ser de trámite, ¿no se supone que para eso está? ¿No fue suficiente todo lo que nos quedó a deber en Alemania?
* Y finalmente aquel al que dejó en la banca durante todo el primer tiempo, Andrés Guardado, fue el encargado de servir el pase para gol del equipo mexicano.
Así que, a nuestro querido Aguirre, creo que vamos 1-0 y no eres precisamente tú el que va ganando, sino la mayoría de los aficionados mexicanos que gritamos y clamamos porque rectifiques esos extravíos: Ochoa a la portería, Márquez a la capitanía, Guardado de titular y Chícharo a la oportunidad de mostrarse.
No es justo que por estas decisiones, los aficionados estemos, una vez más con el rosario en la mano, pidiendo y rogando para que sean otros quienes nos benficien en la competencia.